Educación Inclusiva

Diseño Educativo Universal en una Sociedad Democrática

                                                                                                                          Autora:  Mª Antonia Casanova[1]

            El modelo educativo actual en las sociedades democráticas  ha adoptado la inclusión como factor esencial de  su modo de actuación organizativa y docente. Este planteamiento significa, en primer lugar, que todo el alumnado de la educación obligatoria (al menos) se escolarizará en un mismo tipo de escuela (el regular), y, en segundo, que será atendido con calidad en función de sus características particulares. Es decir, que no basta con la escolarización, sino que se hace preciso disponer las condiciones apropiadas para que además de acceder a la escuela, el alumno o la alumna permanezca en ella y acceda al aprendizaje en las mejores condiciones. Eso es lo que regula la normativa general de educación, al igual que la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, a la cual nos hemos adherido desde la mayoría de países desarrollados y en vías de desarrollo.

            Con objeto de lograr la accesibilidad del currículum para toda la población escolar, partimos en principio de la necesidad de contar con diseños curriculares abiertos, partiendo de los principios que los caracterizan (Wickens, 1974). De  forma sintética, estos son los siguientes:

-         - Concepción de la persona como individuo activo, comprometido y en constante interacción con el entorno.

-          -Interés por las culturas o circunstancias personales.

-          -Readaptación permanente de los programas.

-          -Fundamentación del proceso de aprendizaje en el desarrollo de estructuras cognoscitivas de creciente complejidad.

-          -Proceso de aprendizaje basado en la oferta de amplios repertorios de experiencias para cada estadio madurativo.

-          -Planteamientos interdisciplinares.

-          -El alumnado entendido como autor y protagonista de su propio aprendizaje y desarrollo.

-          -El profesorado concebido como autor, aplicador y evaluador parcial del programa.

-         - La evaluación se centra en las relaciones interpersonales, la observación de los procesos y la utilización del entorno por parte del alumnado.

-          -Los procesos constituyen la clave del éxito educativo, además de los resultados.

           Si se respetan estos principios iniciales, el currículum oficial deberá establecer los elementos básicos (competencias, propósitos, contenidos, criterios de evaluación), considerados como imprescindibles para que el futuro ciudadano se desenvuelva adecuadamente en la sociedad que le espera, mientras que la propia escuela tendrá autonomía para adaptarlos en función de sus alumnos concretos y del contexto en el que desenvuelve su labor.

            Precisamente por el contexto y alumnos diferentes que aparecen en cada escuela, resulta necesaria la autonomía citada. La educación inclusiva se fundamenta en la consideración de que cada alumno o alumna es diferente al resto, bien sea por su estilo cognitivo, su ritmo de aprendizaje, sus motivaciones o intereses personales, sus capacidades o talentos (inteligencias múltiples), su contexto social, su historia personal, etc. (Casanova, 2011). Si todos son diferentes, el equipo de maestros tendrá que poder decidir la matización de competencias, propósitos o contenidos concretos más adecuados a los grupos en los que va a intervenir, aunque respete el currículum básico establecido previamente, que garantizará la igualdad de oportunidades y la calidad educativa del conjunto de la población de un país.

            La flexibilidad curricular, por ello, es una característica imprescindible para que resulte posible esta permanente adecuación y es la que garantiza que ese currículum escolar se corresponde con los principios del diseño universal para el aprendizaje, que será la base y la garantía de que toda la población aprenda y adquiera las competencias necesarias para desarrollarse personal y socialmente del mejor modo posible. La rigidez curricular se corresponde con currículos cerrados absolutamente desfasados, que parten del falso principio de la homogeneidad del alumnado, inexistente como bien sabe cualquier docente.

            La sociedad democrática, por otra parte, se define por su defensa de las diferencias individuales y grupales de la población, por su respeto hacia ellas, por la promoción de la igualdad de derechos y de la participación de todos, por la equidad…, en definitiva, por la consideración de la sociedad como una gran oportunidad de comunicación interactiva entre sus miembros, que se enriquece paulatina y progresivamente con las aportaciones de cada uno, por lo cual se promueve un modelo de educación que favorece el desarrollo de esas particularidades individuales que, al fin, se aportan al conjunto y colaboran con la mejora de la globalidad. Esa es la educación inclusiva, pues otra no responde en modo alguno al momento actual del mundo. Una educación cerrada, rígida, inflexible…, es producto de gobiernos autoritarios poco interesados en la formación de sus ciudadanos y en su participación en las decisiones que les afectan.

            Para terminar estas reflexiones, quiero insistir en algo conocido, pero no por ello practicado por la generalidad de los docentes en sus aulas y es que la mejor atención a la diversidad del alumnado y el desarrollo de un diseño universal se lleva a la práctica, especialmente, a través de la implementación de metodologías variadas y de modelos de evaluación personalizados y, por tanto, continuos y de carácter formativo (Casanova, 2007, 2012). Las estrategias metodológicas constituyen los caminos para llegar a la meta, y deben ser distintos en función de las peculiaridades de cada alumno o alumna. Parece evidente. De acuerdo con las metodologías utilizadas, la evaluación determinará qué y cómo valorar los avances y dificultades que se presenten, de manera que su conocimiento permitirá tomar decisiones de cambio para ir mejorando, paso a paso, la forma de enseñar de los maestros y maestras y el aprendizaje del alumnado. Esta es la clave del perfeccionamiento educativo permanente y, además, de la atención con calidad educativa máxima a toda la población escolar.

            Creo que no está de más recordar que en el Diario Oficial de México de 28 de diciembre de 2013, se publicó el “Acuerdo 711, por el que se emiten las reglas de operación del Programa para la inclusión y equidad en la educación”, con lo cual la educación inclusiva se ha convertido en una prioridad manifiesta para el gobierno mexicano y para todo su sistema educativo y escolar. En concreto, los objetivos detallados en su apartado 2.2 hacen referencia a un modelo de escuela en el que atiende a todo tipo de población, con sus diferencias específicas, instando a lograr su “retención, reinserción y egreso oportuno”. Parece incuestionable que los planteamientos antedichos resultan de total actualidad, aunque quede mucha tarea por delante, sobre todo por parte de los equipos docentes de las escuelas básicas y, cómo no, de las Escuelas Normales, favoreciendo una excelente formación para los futuros maestros. El dominio de la elaboración de diseños curriculares accesibles y universales va a ser imprescindible para abordar la educación en nuestra sociedad democrática.

Por ello, lo que resulta absolutamente necesario es que, desde este mismo momento, todos trabajemos en esa línea y se consiga, verdaderamente, que los derechos de los niños y niñas a una educación de calidad sea un hecho cierto lo antes posible.

Referencias bibliográficas

Casanova, M.A. (1998). La evaluación educativa. Escuela Básica. México: SEP-La Muralla. 9ª edición actualizada: Manual de evaluación educativa. Madrid: La Muralla.

Casanova, M.A. (2007). Diseño curricular e innovación educativa. Madrid: La Muralla.

Casanova, M.A. (2011). Educación inclusiva: un modelo de futuro. Madrid: Wolters Kluwer.

Casanova, M.A. (2012). La evaluación de competencias básicas. Madrid: La Muralla.

Wickens, D. (1974). Piagetian Theory as a model for open systems of education, en Schwebel, M y Ralph, J. Piaget in the classroom. Londres: Routledge and Kegan Paul.



[1] Universidad Camilo José Cela (Madrid). 


Mª Antonia Casanova es, en la actualidad, directora de formación del Instituto Superior de Promoción Educativa y colabora con la Universidad Camilo José Cela (Madrid) en las áreas de educación inclusiva y diseño curricular. Ha sido inspectora de educación desde 1980, desempeñando a lo largo de su carrera profesional los puestos de Subdirectora general de Educación Especial y Atención a la Diversidad en el Ministerio de Educación (1996-1999) y Directora general de Promoción Educativa en la Comunidad de Madrid (1999-2007). Fue representante de España en la Agencia Europea de Educación Especial (1996-2001) y directora, por parte española, del Programa de Integración educativa llevado a cabo en México (1996-2002) a través del Fondo de Cooperación Técnica y Científica México-España.
Son numerosas sus publicaciones en el campo de la educación, entre las que cabe citar las tres últimas: Educación inclusiva: un modelo de futuro (2011) , La evaluación de competencias básicas (2012) y La educación que exigimos (2013). 

  
(Publicado el 1 de Junio del 2014)

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